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Juan Guillermo Cuadrado |
Escucho gritar a alguien, a voz en cuello, Coñooo. Y veo a Pekerman brincar con el Profe Lorenzo y con el ayudante Amaral en la pista atlética. Cardona se pierde en los abrazos y en el “que crezca la pila” con sus compañeros. Qué alivio, bendito Dios del fútbol. El árbitro pita el final y todos respiramos tranquilos. Colombia ha comenzado ganando 2x0 al duro equipo peruano en una fiesta futbolística que salió redonda. A los 35 minutos del primer tiempo, el hijo de la casa Teófilo Gutiérrez, había anotado de cabeza el primer gol. El Metro se ha vuelto una torre de babel. Todos gritamos. Todos comentamos con el vecino. Todos tratamos de explicar por qué jugamos con holgura el primer tiempo y por qué Perú se montó en el segundo tiempo. La cara de Ricardo Gareca, el DT del Perú, parece decir “no te lo puedo creer”. De un ataque feroz, de un remate trepidante de su equipo, ha salido la confirmación de su derrota con un soberbio gol colombiano. Con un acto final, de esos que duelen. Ya vendrá el análisis de Pekerman y sus asesores. De la ausencia de James y Macnelly, del por qué Guarín no produce lo que debiera producir en la selección, del relativo “mal partido” de Cuadrado aunque de sus botines salieron los dos goles de Colombia. El de Teo luego de levantar un tiro de esquina y el de Cardona con la cabalgata triunfante. De por qué lucimos sin esa dinámica que si vimos en la última jugada, sin el equilibrio acostumbrado, del trabajo que nos costó la tenencia y administración del balón. También del excelente trabajo de Fabra en el debut en partidos oficiales, de Teófilo y Jeison que se destacaron. De cómo conseguir que Cardona sea parejo en los 90 minutos y del desgaste físico de los muchachos que sufrieron de calambres que se producen cuando el potasio de acaba. En medio de todo, me queda una buena sensación. Esta Colombia se me pareció más a la Colombia del Mundial de Brasil que a la Colombia de la Copa América de Chile. Y este era uno de los anhelos. Ver a la Colombia que juega con esa cadencia que encanta y marca goles. Bueno, terminamos deshidratados por el calor, extenuados por el cansancio, sin uñas, algunos herniados y exhaustos pero, había que ganar. Era ganar por encima de cualquier circunstancia. Y aunque no hay mucho tiempo entre este partido y el del martes ante Uruguay este triunfo nos ha llenado de confianza. La meta es ganar en Barranquilla los 27 puntos. Anoten los primeros 3. Y contando…
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