viernes, 9 de octubre de 2015

Columna de Hugo Illera - Partido COLOMBIA VS PERÚ

Me quedo con ese instante final. El árbitro paraguayo Antonio Arias ha adicionado un minuto más, de los cuatro que ya había dado, y ese anuncio ha caído como un mal augurio en el Metropolitano.    Perú está rematando mejor el partido ante Colombia y lo tiene metido en su propia área. La pelota se pasea delante de las 18 yardas impulsada por los jugadores peruanos que, vestidos de rojo, parecen muñequitos de cuerda. De pronto, las hadas madrinas del fútbol, se han unido para que veamos una de esas jugadas memorables que jamás olvidaremos.  

Juan Guillermo Cuadrado
A los 90 minutos + 4:15 (restando 45 segundos para terminar el juego que gana Colombia 1x0 al incansable y ordenado Perú en el inicio de la Eliminatoria rumbo a Rusia 2018) Jeison Murillo le ha robado una pelota al goleador inca Paolo Guerrero y, ese gesto, ha iniciado una cabalgata épica en el gramado barranquillero.    La pelota robada por Jeison ha quedado en el recién ingresado Fabián Castillo que ha cedido a Juan Guillermo Cuadrado que corre como una exhalación desde delante del área colombiana en portería norte hacia la portería sur. Pasa los segundos, 2,4, ahora 6 y los metros 5, 10, 15. A su encuentro ha salido a interceptar Josepmir Ballón. Cuadrado le hace uno de sus famosos amagues y sigue su andadura. 7, 8, 9 segundos y los metros 18, 20, 25. Ahora Cardona por izquierda, Falcao por el centro delante de él como un corredor de 100 metros planos y Castillo por derecha se le han unido en el contra ataque. Falcao corre, ahora entre Joel Céspedes y Luís Advíncula. Lo hace perfilado en ataque, los dos peruanos perfilados en defensa.    Falcao le hace el gesto a Cuadrado de “ponla aquí” pero Cardona quema su último aliento y hace de Usain Bolt y pica al vacío sobre esa izquierda solitaria. 12 segundos y 32 metros después, Cuadrado ya ha tomado la mejor decisión. Enviar el balón adelantado a Cardona que justo ha llegado a tiempo y con espacio gracias a la “pantalla” de Falcao. La angustia ha hecho que Advíncula caiga de rodillas. Cardona, dentro del área, ha sentido ya la carrera apresurada de Luís Hurtado que le respira en la nuca. El arquero Pedro Gallese decide ir a su encuentro pero Cardona, con pierna cambiada, con la derecha y no con su zurda efectiva, le ha metido un remate que pasa por su hombro izquierdo y, 13 segundos y 37 metros después mientras el balón ha sido convertido en gol, el Metro ha estallado en un grito colectivo, en una algazara descomunal, en un abrazo de cuarenta mil abrazos. 

Escucho gritar a alguien, a voz en cuello, Coñooo. Y veo a Pekerman brincar con el Profe Lorenzo y con el ayudante Amaral en la pista atlética. Cardona se pierde en los abrazos y en el “que crezca la pila” con sus compañeros.  Qué alivio, bendito Dios del fútbol. El árbitro pita el final y todos respiramos tranquilos. Colombia ha comenzado ganando 2x0 al duro equipo peruano en una fiesta futbolística que salió redonda. A los 35 minutos del primer tiempo, el hijo de la casa Teófilo Gutiérrez,   había anotado de cabeza el primer gol. El Metro se ha vuelto una torre de babel.    Todos gritamos. Todos comentamos con el vecino. Todos tratamos de explicar por qué jugamos con holgura el primer tiempo y por qué Perú se montó en el segundo tiempo. La cara de Ricardo Gareca, el DT del Perú, parece decir “no te lo puedo creer”.    De un ataque feroz, de un remate trepidante de su equipo, ha salido la confirmación de su derrota con un soberbio gol colombiano. Con un acto final, de esos que duelen.  Ya vendrá el análisis de Pekerman y sus asesores.    De la ausencia de James y Macnelly, del por qué Guarín no produce lo que debiera producir en la selección, del relativo “mal partido” de Cuadrado aunque de sus botines salieron los dos goles de Colombia.    El de Teo luego de levantar un tiro de esquina y el de Cardona con la cabalgata triunfante. De por qué lucimos sin esa dinámica que si vimos en la última jugada, sin el equilibrio acostumbrado, del trabajo que nos costó la tenencia y administración del balón.    También del excelente trabajo de Fabra en el debut en partidos oficiales, de Teófilo y Jeison que se destacaron. De cómo conseguir que Cardona sea parejo en los 90 minutos y del desgaste físico de los muchachos que sufrieron de calambres que se producen cuando el potasio de acaba. En medio de todo, me queda una buena sensación.    Esta Colombia se me pareció más a la Colombia del Mundial de Brasil que a la Colombia de la Copa América de Chile. Y este era uno de los anhelos.    Ver a la Colombia que juega con esa cadencia que encanta y marca goles. Bueno, terminamos deshidratados por el calor, extenuados por el cansancio, sin uñas, algunos herniados y exhaustos pero, había que ganar. Era ganar por encima de cualquier circunstancia. Y aunque no hay mucho tiempo entre este partido y el del martes ante Uruguay este triunfo nos ha llenado de confianza. La meta es ganar en Barranquilla los 27 puntos. Anoten los primeros 3. Y contando…

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